Muñagorri es uno de esos restaurantes en los que siempre se acierta, sin importar si es la primera vez que se visita o si se es un cliente habitual. Y más después de haber sido galardonado con un sol de la Guía Repsol. Pero Pedro Muñagorri, un cocinero vasco afincado en Madrid, sabe cómo agradar a sus clientes con cambios para que nada cambie.
Su apuesta culinaria se basa n la materia prima de temporada y de máxima calidad, para lo cual busca a proveedores (la mayoría pequeños) que llenan su despensa y con los que elabora una cocina honesta y de corte clásico. Desde febrero, además, incorpora unos ahumadores y aromatizadores que se emplean frente al comensal.
Cuando levantan la campana que descubre el plato bajo una espesa manta de humo, es imposible no trasladarse con la imaginación y la memoria olfativa a algún rincón de la sierra o la montaña, algún espacio con chimenea donde los olores de las distintas maderas en combustión calman y alimentan el alma.
Esos aromas enriquecen exponencialmente la oferta de un restaurante, modificando ligeramente sus sabores primarios y aportando nuevas sensaciones. Para ello se emplea serrines de haya, roble y madera de viña, y algunos aromatizadores como café, té, hierbas, flores o algas.
Pedro Muñagorri ofrece esta experiencia en ciertos platos que considera adecuados, como las verduras a la llama, la picaña de vaca rubia gallega o el mousse de chocolate.
¿Te animas a probarlo? Lo encuentras en calle Padilla, 56. Madrid